EL DUELO DE UNA TEJEDORA

02 | 11 | 2021

Hoy entendí porque he andado con tan bajita energía, sin ganas de “hacer”, con el colon en la mano y con muchas ganas de dormir, mi auto diagnóstico es que estoy en duelo, estoy en el proceso de dejar morir algo y ese algo se llama “crear productos tejidos para ser vendidos”.

Partí hace 11 años tomando mis primeros telares y los primeros ovillos, sin saber donde me llevaría, en ese momento sólo sabía que quería aprender y me generaba mucha felicidad poder concretar cada proyecto; 6 años después le puse un nombre a ese hobby (que a ese punto comprendí, era a lo que quería dedicarme), un nombre que me costó encontrar porque quería que fuese algo que me representará y que además pudiese usar como seudónimo en algún momento, por eso no me molesta cuando me dicen “Shumanga”, porque en realidad lo soy, una Shumanga aprovechándose de los beneficios que tiene la selva de cemento.

Desde el inicio con la marca en 2016 la idea siempre fue hacer arte por eso el slogan es “Arte Creativo Autodidacta”, pero como en 2010 comencé haciendo productos nunca paré de hacerlos; nunca me cuestioné si debía seguir haciéndolos o no, porque mi afán era poder demostrarme una y otra vez, que más era capaz de hacer, hasta que el año pasado hice la primera colección de cuadros textiles en donde saque todo lo que tenía dentro y lo plasme en estas obras, cuadros que si bien es cierto son “productos vendibles” el fin último siempre ha sido entregar un mensaje y crear conciencia a quién quiera recibirla.

Y es aquí donde hay un punto de quiebre, un antes y un después, porque me di cuenta de que crear obras de este tipo me llena el alma mucho más que hacer producción en serie de un producto determinado, (eso no quiere decir que cuando trato de hacer producción en serie lo haga sin amor, que quede claro), que esta forma que he encontrado de hacer arte me mueve por dentro y que aquí algo debe cambiar.

Esta Colección de cuadros ha sido premiada 2 veces y de ella sólo han salido cosas maravillosas, pero para poder continuar en esta línea no puedo seguir funcionando igual que siempre, porque para mí, uno debe mejorar y debe aprender de los errores del pasado. Para poder seguir dándole espacio y energía a los cuadros debo dejar morir a la tejedora, en realidad es algo simbólico porque sé que mi tejedora interna nunca se irá, soy tejedora y lo seré siempre, amo los ovillos y sus colores, de hecho debo decir que al tejido le debo muchísimo, gracias a él he podido llegar hasta aquí y encontrar mi propia forma de hacer arte, si no hubiese sido por el tejido quizás nunca me hubiese comprado una máquina de coser y así sucesivamente.

Me entristece el corazón pensar que ya no haré tejidos para ustedes, pero también debo ser sincera, honesta y amable conmigo misma, porque sigo siendo una sola persona y aún no tengo el poder de multiplicarme aunque muchas veces me encantaría poder hacerlo.

El tejido seguirá estando en mis obras y quizás hasta en las intervenciones, todo puede pasar…

Gracias al tejido descubrí mis habilidades artísticas

Gracias al tejido descubrí que amo los colores

Gracias al tejido descubrí que tengo una diseñadora innata dentro de mí

Gracias al tejido me asumí como artesana y luego como artista.

Gracias al tejido logré llegar donde estoy ahora.

Gracias al tejido he podido crear mi propio arte.

Gracias al tejido logré encontrarme a mí misma.

Gracias al tejido soy la mejor versión de mí hasta ahora.

Gracias al tejido entendí que los límites sólo están en mi mente porque puedo crear lo que quiera.

Gracias al tejido comencé este camino hace 11 años y no me arrepiento ningún minuto de todo lo que he hecho porque de cada cosa, lugar, circunstancia y persona he aprendido.

Gracias al tejido tu estas aquí hoy, me lees y me apoyas, espero que sigas acompañándome en esta transformación.

Mely Reley

16.10.21

EN LA CASITA – SANTIAGO DE CHILE